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3/15/2021 Mexico City
La Cuarta Transformación representa una nueva forma de gobernar, sin privilegios, sin corrupción, con base en un modelo moral que fomenta la democracia participativa, respeta los derechos humanos, y defiende la libertad de expresión y manifestación. En Gobiernos anteriores esto no habría sido posible, pues la represión y el espionaje fueron las herramientas idóneas para acallar cualquier movimiento social.
La Cuarta Transformación trabaja para resarcir las violaciones a los derechos fundamentales que los gobiernos anteriores sistematizaron con autoritarismo; en lugar de abrir puertas para el diálogo, reprimían, desaparecían, masacraban.
Desde el primer momento, el Gobierno de la Ciudad de México ha demostrado que somos distintos, así lo hizo la Jefa de Gobierno al decretar a su llegada la desaparición del cuerpo de granaderos, porque no se puede usar la fuerza de la Policía para reprimir.
Se equivocan quienes señalan que esta Administración solapa abusos, por el contrario, a diferencia de lo que sucedía en el pasado, el Gobierno capitalino reafirma diariamente su compromiso con las y los habitantes de la capital de no tolerar actos contrarios a los principios y valores fundamentales; de investigar y sancionar al personal que cometa actos de corrupción, abuso policial o actúe fuera de los protocolos, a través de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC) y, en su caso, con la Fiscalía General de Justicia.
Prueba de lo anterior es que, derivado del incidente registrado el 8 de marzo entre policías de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), manifestantes y periodistas gráficas en la estación Hidalgo del Metro, y por instrucciones de la Jefa de Gobierno, fue destituido quien hasta entonces ocupaba el cargo de Director General de la PBI.