Este domingo la ciudadanía fue convocada para marchar #EnDefensaDelINE, en
espera de que todas las personas que no estén de acuerdo con la propuesta
de la nueva Reforma Electoral, hagan evidente su descontento. A esta
propuesta de marcha de inmediato se sumó la oposición, tachando la
propuesta de un atropello para la democracia, porque de nueva cuenta es una
propuesta que surge desde el poder en turno.
Los discursos generales se enfocan en renovar un sistema que algunos
podrían considerar obsoleto, sobre todo si se compara con los sistemas del
primer mundo, pero también está la otra parte de quienes piden salvar a un
órgano electoral de un atentado a la democracia. ¿Qué postura es la
correcta? la que pueda determinarse con información, conociendo a
profundidad la reforma y sus propuestas.
Dejando de lado los descalificativos de la oposición y de dónde surge esta
propuesta, para nadie es innegable que tanto el INE como nuestro gobierno
necesitan modificaciones que nos puedan permitir un sistema más objetivo.
En la actualidad los dirigentes se eligen de acuerdo a la opinión de las
mayorías, sin embargo, también hay una representación de las minorías de
acuerdo a la distribución de posiciones.
Para llevar a cabo la elección de cada uno de nuestros representantes,
realizar las consultas populares, incluida la de revocación de mandato y
distintas campañas de información, en este año el presupuesto del INE fue
de 13,914,742,268 millones de pesos, este monto sin considerar el
financiamiento público que se otorga a los partidos políticos. Dicha
cantidad es la que se propone disminuir con la nueva reforma electoral.
De igual forma la propuesta plantea disminuir el tiempo destinado a
propaganda política en radio y televisión, el número de diputados,
senadores y de los consejeros que actualmente integran el INE, además de
que este último pasaría a llamarse Instituto Nacional Electoral y de
Consultas (INEC), aunado a lo anterior se propone eliminar a los órganos
electorales locales, implementar el voto electrónico y hacer que la
elección de los consejeros del INEC se realice mediante el voto popular.
Considerando todo lo anterior y el panorama actual en nuestro país,
contrastado con las prácticas democráticas en el resto del mundo, algunos
puntos de la reforma parecen viables. ¿Cuáles son los aspectos
verdaderamente preocupantes considerando la distribución presente de los
partidos? Que en realidad no exista un equilibrio en la determinación de
quienes podrían regular los comicios electorales, ya que la propuesta
saldría de los 3 poderes de la unión, donde actualmente Morena tiene mayor
representatividad y al ser elegidos mediante el voto popular donde los
simpatizantes son también en su mayoría de Morena, podría considerarse que
el organismo no sea tan autónomo.
Otro aspecto preocupante es la disminución de la participación en una
consulta popular para que pueda ser vinculante, del 40 al 33%, ya que
estaríamos depositando en un menor número de personas las decisiones del
país.
Actualmente el INE es considerado un organismo autónomo, sus consejeros son
elegidos por la cámara de diputados y el próximo 2023 terminan sus
funciones cuatro de los once consejeros actuales, de ahí la propuesta de
hacer una reforma que permita que quienes sustituyan a los salientes sean
electos por los ciudadanos, esta misma reforma plantea de manera verbal que
continué la autonomía del organismo aunque con diferente nombre, pero en la
realidad beneficiaría a las mayorías, por lo que podría no ser tan viable
como se pretender difundir.
Sin duda nuestro país, su gobierno y organismos requieren nuevas
propuestas, la respuesta no está en absolutismos o perpetuar la división
constante de ideas donde la defensa de posturas termina en insultos y falta
de razones. Al final como sociedad sí tenemos el poder de determinar el
curso de las próximas decisiones, por ende, en vez de perpetuar
polarizaciones comencemos a fomentar el diálogo, la búsqueda de puntos
medios que verdaderamente representen un beneficio y avance para el
desarrollo de México.